Con el objetivo de mejorar la atención a sus amigos felinos, queremos intentar reducir el estrés que pasan los gatos en la clínica.
La visita de un gato a la clínica comienza con vosotros nerviosos intentando poner al animal en el transportín. Así que le guiaremos para que esto no ocurra y tanto el gato como usted venga a pasar un buen día.
El transportín debería formar parte del mobiliario de casa, junto a la zona de reposo o junto a la zona de comida, y de vez en cuando debería ponerse una golosina dentro para estimular la entrada. Esto se puede empezar a hacer desde pequeño. De esta manera evitará correr detrás del gato para ponerlo dentro y no llegar tarde a la cita con la veterinaria.
La mejor manera de llevar al animal a la clínica es en un transportín rígido, de esta forma cuando lo ponemos en el coche estará más estable. Puede ponerlo en los pies de atrás al conductor o atado con el cinturón de seguridad. De esta forma se sentirá más seguro. Evitar músicas estridentes o gritar demasiado fuerte. Si el transportín es muy abierto, sería bueno tener una manta para taparlo. Le recomendamos que lleve dos mantas a la clínica, una por el interior del transportín y una por el exterior. De esta forma podrán estar con la manta durante la exploración y reducirá el estrés.
Una vez en la clínica, se recomienda poner el transportín en una zona elevada, nunca en el suelo, puede estar en una silla o en una mesa. El movimiento constante de los pies puede ponerlos nerviosos. Procuraremos hablar flojito en la sala de espera y evitar movimientos bruscos. Si hace falta entraremos el gato en una sala de espera aparte para evitar sustos con otros animales.
Al entrar en la visita abriremos la puerta y dejaremos 5 minutos (mientras explique cómo está) que el gato haga la suya, será buena señal si el gato sale por sí solo. Si no sale indicará que no se siente seguro así que intentaremos dejarlo en la zona segura y sacar la tapa del transportín por arriba. Evitaremos levantar el transportín por el culo o sacudirlo para que salga. Pero podemos sacarlo por la puerta poniendo la palma de la mano bajo su barriga. Puede llevar mantas, juguetes o sus golosinas preferidas para que se sienta más como en casa. Y así poder visitar al animal sin sentirse amenazado.
Esperamos que estas pautas le ayuden en la convivencia.
Un gato sin estrés es un gato feliz…